Las calles del mundo están desiertas. Todos  permanecemos en casa. La sola acción de una pandemia nos impide salir. Debemos cuidarnos de un enemigo común, que no vemos. El mundo no está preparado para enfrentar el virus. Cada ser depende de sí y de su azar. Las carencias sociales se represan más. Es el momento en que nos adentramos mucho más en nuestras vidas. Esta amenaza puede traer una nueva respiración a todos. Por efecto de la quietud, altos niveles de contaminación han disminuido. El cielo es de nuevo más azul. El dorado sol es más brillante. Las nubes son más plateadas. El aire es más libre y más puro. La poesía puede contribuir a cambiar el clima espiritual del mundo. El corazón del mundo late más lento. La soledad nos acerca con fuerza. Esta crisis fortalece nuestros lazos de hermandad y solidaridad. El lenguaje de la poesía nos entreteje.

Transcurre una silenciosa acción de la poesía en el mundo. Los medios de comunicación del Movimiento Poético Mundial pueden contribuir a su realización. Los poetas y la poesía acompañan a todos en profundidad y plenitud. La poesía no permite que nos aislemos. En algunas semanas este confinamiento terminará. El silencio y la soledad mejorarán las vidas de todos. El mundo debe encontrar en la poesía una medicina, una fuerza creadora, un poderoso nexo de unión espiritual a lo largo y ancho de la tierra para la vida futura.

​

El Movimiento Poético Mundial invita a todos los poetas, hombres y mujeres, para que a través de breves videos continúen expresando sus saludos de solidaridad y lean sus poemas desde todos los lugares del planeta. Pueden publicar sus poemas en las páginas de Facebook del Movimiento. La poesía nos une y contribuye a cambiar el clima del mundo. Ella alimenta la resistencia y las luchas de todos los pueblos por sus derechos y por la vida de la naturaleza. La soledad, el silencio y la quietud ayudarán así al creciente movimiento por la paz, la justicia y la solidaridad mundial.