Romano Pascutto (San Stino di Livenza, 1909 – Treviso, 1982), nacido en una familia de zapateros y sastres, a raíz de la Primera Guerra Mundial tuvo que mudarse primero a Florencia y después a Pordenone, donde terminó sus estudios técnicos. Opositor del Fascismo, durante los años del régimen se fue a trabajar a Libia. En 1942 regresa a su país para unirse a los Partisanos, pero los nazi-fascistas lo toman preso y logra salvarse por milagro. En la posguerra sigue su empeño político directo e indirecto, como miembro del Partido Comunista, alcalde de su pueblo y escritor comprometido. Además que poeta, en su dialecto y en italiano, Pascutto fue también periodista, autor de obras teatrales, novelista y cuentista. Casi toda su obra está reunida en los volúmenes L’acqua, la piera, la tera e altre poesie (El agua, la piedra, la tierra y otros poemas; 1990); Il pretore delle baracche. La lodola mattiniera. Il viaggio. Romanzi editi (El pretor de las chozas. La alondra madrugadora. El viaje. Novelas publicadas; 1996); Nostro tempo contato e altre poesie edite e inedite (Nuestro tiempo contado y otros poemas publicados y no; 2003); Teatro (2010).
Versiones de Stefano Strazzabosco
Tienen miedo
Mienten, detienen, matan:
tienen miedo, miedo al mañana.
Fantasmas en contra de la historia.
No tienen poetas, tienen columnistas
a un dólar por línea;
no tienen héroes, tienen mercenarios
a un dólar por disparo.
Y las madres que lloran
no tienen luz más allá del cuarto vacío
donde desvanecen imágenes sin gloria.
Hanno paura
Mentono, arrestano, uccidono:
hanno paura, paura di domani.
Fantasmi contro la storia.
Non hanno poeti, hanno gazzettieri
a un dollaro il rigo;
non hanno eroi, hanno mercenari
a un dollaro il colpo.
E le madri che piangono
non hanno luce oltre la stanza deserta
dove sbiadiscono immagini senza gloria.
de Cammino e canto con loro (1953)
* * *
Fascismo 1973
La noche, te sentimos en las fronteras de Europa
como a una hiena que vuelve del desierto
y huele las tumbas de nuestros muertos,
huele nuestros pensamientos, los sueños
de nuestros hijos y el amor de nuestras mujeres,
las palabras de nuestros libros y las páginas blancas
donde tenemos que escribir de nuevo – ardiendo –
los días arrancados a tu rabia.
Fascismo 1973
La notte ti sentiamo ai confini d’Europa
come una iena che torna dal deserto
e fiuta le tombe dei nostri morti,
fiuta i nostri pensieri, i sogni
dei nostri figli e l’amore delle nostre donne,
le parole dei nostri libri e le pagine bianche
su cui dobbiamo riscrivere – roventi –
i giorni strappati alla tua rabbia.
* * *
Lápida partisana
Yo no sé dónde caíste,
si las aguas del río te llevaron
con un letrero sobre el corazón
o si fue el viento entre las ramas
quien cantó tu nombre ignoto.
Yo no sé si una plaza
detuvo tu paso de hombre
o una puerta, entreabierta por tu madre
en una noche desgarrada por el toque de queda.
No sé si te arrancaron los ojos
creyendo apagar tu luz,
si pusieron sal sobre tus llagas
creyéndote menos fuerte que el dolor,
si apretaron con una soga tu garganta
para no oírte gritando libertad.
Eras partisano, te llamabas Italia.
Lapide partigiana
Io non so dove tu sia caduto,
se le acque del fiume ti portarono
con un cartello sul cuore
o se fu il vento tra i rami
a cantare il tuo nome d’ignoto.
Io non so se una piazza
fermò il tuo passo d’uomo
o una soglia, aperta da tua madre
in una notte lacerata dal coprifuoco.
Non so se ti strapparono gli occhi
credendo si spegnere la tua luce,
se misero il sale nelle tue piaghe
credendoti meno forte del dolore,
se strinsero con un cappio la tua gola
per non sentirti gridare libertà.
Eri partigiano, ti chiamavi Italia.
* * *
Voltaire
Qué raro que ese hombre tan antiguo
siga viviendo, y dure su reír.
Porque el abuso es el último en morir.
Voltaire
Chissà perché un uomo così antico
vive ancora, e dura il suo riso.
Perché il sopruso è l’ultimo a morire.
de La crosera de i zìngani, 1974
* * *
Había repudiado al hombre, ángel…
Había repudiado al hombre, ángel,
por un semidiós implacable
de talones duros en la nuca
de los hermanos, con una corona de hierro
a medida de cabeza dictatorial,
más allá del bien y del mal,
todo voluntad, sin amor ni piedad.
Un dios que pronto proliferaría
en las cunas de las multinacionales
que deciden todo del hombre, el pan,
el calor, el frío, el modelo
y si abunda lo mandan al matadero.
Aveva ripudiato l’uomo, l’angelo…
Aveva ripudiato l’uomo, l’angelo,
per un semidio implacabile
dai talloni duri sulla nuca
dei simili, con una corona di ferro
a misura di testa dittatoriale,
al di là del bene e del male,
tutto volontà, senza amore né pietà.
Un dio qual è poi proliferato
nelle culle delle multinazionali
che decidono tutto dell’uomo, il pane,
il caldo, il freddo, il modello
e se abbonda lo mandano al macello.
de L’angelo di ferro (1975)
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Pan amargo
Nunca diré que no me importa nada
que el mundo estalle en tantos pedacitos
porque en el mundo vivo y me despierto
esperando algo mejor cada día
y si empeora no me rajo, yo.
Espero oír los niños cuando salen
hacia la escuela, hablando del mañana,
con voces y pasos que parecen aguas
bajando por las piedras. Nuestro tiempo
enferma de “deformación profesional”
como los huesos de quienes escriben
y deberían cuidar su maestría:
de la palabra, tan ligada a la verdad
y tan cercana en cambio a la mentira
que se puede mezclar y tamizar
finísima, como si fuera harina,
mas siempre será amargo el pan que da.
Pan amaro
Mai mi dirò che no me importa gnent
che ‘l mondo salte in aria a tochi
parché nel mondo mi vive e me sveie
spetando qualcossa de meio ogni dí
e se l’è pezo mi no me tire indrìo.
Spete de sentir i putèi che va a scola
e i se conta de doman, co vose e passi
che par l’acqua co vien zò par i sassi.
El tempo nostro l’ha ciapà ‘na malatia
che se ciama “deformazione professionale”
e la s’ha tacà a i ossi de chi scrive
propio dove el dovarìa esser pi’ mistro:
ne la parola, cossí ligada a la verità
e cussí tant viçina inveçe a la busìa
che se pol missiarla e ancora tamisarla
sempre pi’ fina compagna de la farina,
ma sempre amaro sarà el pan che darà.
* * *
Matan al cerdo
Matan al cerdo y ya no lo lastiman:
sólo un golpe directo al cerebro.
Antaño Santo el jamonero con su cuchillo
llegaba por la noche como un asesino;
cuatro de ellos, uno por pata, agarraban
a la bestia aterrada que huía y corría
por todo el patio por no querer morir así;
estirada arriba de la gran mesa, hurgando
dentro de la grasa Santo le hallaba el corazón
para desangrarla como a un maestro se conviene:
eran llantos y gritos despertando a medio pueblo,
sangre a cubetas y calderas, un vaivén
goteando como lluvia en el piso.
Ahora los jamoneros se llaman brigadistas
y manchan las calles y las plazas nuestras
con la sangre de un sinfín de pobres cristos.
I copa el porcel
I copa el porcel e no i ghe fa pi’ mal:
un colpo sol e i ghe spaca el çervel.
‘Na volta Santo porçiter co ‘l so cortel
el rivava co ‘l scuro come un assassin;
quatro de lori, un par zata, i brincava
la bestia spasemada che scampava e coreva
par tut el cortil par no voèr morir cussí;
distirada de sora el tavolazz, sfurigando
drento el grass Santo ghe catava el cor
par svenarlo come a un mistro se convien:
gera zighi e urli da sveiar mezo paese,
sangue a seci e caliere un va e un vien
che sgiozzava come piova sul pavimento.
Adess i porçiteri i se ciama brigatisti
e i macia le strade e le piazze nostre
co ‘l sangue vivo de tanti pori cristi.
de Foie de tilio (1981)